1-1: Ortiz Arias y el VAR protagonizan un valioso empate verdiblanco

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El Betis de Pellegrini empató en La Cerámica ante el Villarreal de Setién en un duelo igualado, competido y donde Ortiz Arias y el VAR fueron los principales protagonistas, después de validar un gol en posición antirreglamentaria y no expulsar a Gerard Moreno, quien golpeó con la plantilla duramente a Miranda. Borja Iglesias y Yéremi Pino fueron los anotadores de la tarde.
Primera parte de mínimos por ambos equipos, que se midieron constantemente y apenas generaron ocasiones, siendo las defensas quienes se impusieron continuamente en un duelo equilibrado. Dentro de la igualdad, eso sí, fue el Betis quien se sintió más cómodo y dominó largos tramos del juego a partir del sólido doble pivote, formado por Guido y Guardado, quienes ganaron duelos constantes y permitieron a los suyos ser sólidos en fase defensiva, logrando salir en transición en algunos momentos. Además, los verdiblancos, pese a la escasez de ocasiones, lograron el 0-1 (37’) en las botas de Borja Iglesias tras un disparo de Rodri y el grave error de Pepe Reina, que dejó escapar el balón y dejó al Panda empujar a placer el esférico. La polémica emergió alrededor del 40’, cuando un clarísimo plantillazo de Gerard Moreno a Juan Miranda quedó en amarilla y no supuso la expulsión.
La segunda parte fue ampliamente dominada por el Villarreal, quien mediante sus largas posesiones se impuso en el choque. De hecho, Yéremi Pino (47’) y Gerard Moreno (50’), con ocasiones claras, fueron el preludio del empate, anotado en el 54’ por Pino en aparente posición antirreglamentaria. El VAR, pese a la clara imagen, validó el gol, situando las tablas en el luminoso. El submarino amarillo, que también observó cómo Baena debió ver la segunda amarilla por un pisotón a Ruibal, siguió generando ocasiones, dos de ellas en los pies del joven Terrats (67’ y 69’) y la última de Morales, al que le anularon un gol por amplio fuera de juego. Otra de las situaciones fronterizas fue una acción donde Guardado golpeó con cierta dureza a Pau Torres a una peligrosa altura; Arias entendió que la acción no era merecedora de roja. El empate acabó reinando en el marcador, ante las lógicas quejas de la afición verdiblanca después de un arbitraje repleto de errores.