El equipo verdiblanco realizó uno de los peores partidos de la era Pellegrini y cayó con merecimiento frente al Alavés, que fue claramente superior e incluso tuvo ocasiones para golear.
El Betis de Pellegrini fue eliminado de la Copa del Rey en Mendizorroza ante el Alavés y consumó el segundo fracaso de este curso, después de caer en la UEFA Europa League. Los del Ingeniero mostraron una versión irreconocible y merecieron claramente la derrota. Benavidez puso el solitario tanto de los vascos, aunque, por ocasiones, pudieron ser varios más.
El equipo babazorro fue el claro dominador de una primera parte donde los visitantes apenas intimidaron a un dubitativo Jesús Owono. Los alavesistas estuvieron más cómodos e impusieron su juego de fútbol directo y vertical por las bandas, mientras el Betis, pese a gozar de la posesión, fue incapaz de someter a su oponente.
Las únicas situaciones de peligro fueron para el Alavés, que con Tenaglia (2’) y Javi López (6’, 10’ y 41’) pusieron en aprietos a Rui Silva. La ocasión más clara estuvo en la cabeza de Tenaglia, cuyo remate se estrelló en el poste con el guardameta bético ya superado. En el Betis, Assane (16’) e Isco (27’) protagonizaron un par de disparos sin peligro desde fuera del área.
El conjunto de Pellegrini protestó un posible penalti por mano de Ander Guevara, quien golpeó el balón con el codo tras un saque de falta de Juan Miranda. El colegiado no indicó la pena máxima y en Copa, hasta cuartos de final, no hay VAR, por lo que el duelo transcurrió con normalidad.
La segunda mitad del bloque helipolitano pasó de floja a caótica. Los de Pellegrini realizaron una actuación paupérrima y ni siquiera se acercaron al empate. Kike García (45’ y 48’) avisó con dos remates, mientras Benavidez, tras una serie de intentos, adelantó a los vitorianos unos minutos después mediante un buen disparo con el interior de la bota.
El Betis no reaccionó al 1-0 y no llegó a poner en apuros a Jesús Owono, más allá de un par de intentos de Isco desde larga distancia. Las entradas de William Carvalho y Fekir sólo empeoraron al cuadro verdiblanco, que se marchó de la Copa del Rey sin amenazar a un Alavés que jugó con un portero inexperto en la élite y dos centrales que son laterales reconvertidos.