1-3: La Copa de Campeones se va a Madrid en los últimos diez minutos

Andrés Benitez Cosano 123
Ángel Ortiz conduce el balón ante Yusi, en la final de la Copa de Campeones. -Imagen vía Twitter: @RBetisCantera

El Real Betis miró de tú a tú al equipo merengue, que sentenció al final con dos zarpazos de Gonzalo.

Era la primera vez que el Real Betis jugaría una final de Copa de Campeones. Tras una gran temporada culminada con el campeonato del Grupo 4, superó en las eliminatorias a Valencia y Athletic Club, destacando la aportación de Assane. El Real Madrid, por su parte, buscaba su octava copa tras batir al Atlético de Madrid y a Las Palmas.

Comenzó la final con un Real betis más intenso, más ofensivo. Parecían los de Arzu tener más ganas, con Assane demostrando movilidad y potencia en los primeros compases. Lanzó el Real Betis dos saques de esquina, que no inquietaron a Diego Piñeiro. Tardó en despertar el Real Madrid diez minutos, sacudido por las idas y venidas béticas.

Yusi empezó a crear peligro por su banda, la izquierda, y en apenas 3 minutos llegaron dos saques de esquina para los de Álvaro Arbeloa. En el segundo, que vino por una buena acción de Gonzalo García, golpeó el equipo merengue. En una segunda jugada el balón regresó a las inmediaciones del punto de penalti, y Manu Serrano, de espaldas, se atrevió con una chilena con su pierna izquierda. El disparo encontró la meta de Josan, que no pudo alcanzar a atajar el tiro. Hacía el Real Madrid un tempranero 0-1, y el Real Betis intentó reaccionar con rapidez. Llegó una oportunidad a las botas de Álex Ortiz, pero un providencial Chema Andrés desvió el esférico a córner. El Madrid empezó a controlar algo más el ritmo, y el equipo de Arzu relegó sus opciones a acciones de contraataque. Vio amarilla el lateral diestro bético, Pablo Busto, en una primera parte intensa pero sin excesivos encontronazos.

Cuando parecía que moría el primer tiempo con un Madrid cuidando su ventaja sin demasiada urgencia, una buena combinación por la derecha de Ortiz y Busto terminó en córner para el Betis, en el minuto 42. Lo sacó Ginés Sorroche, como los dos anteriores, y ofreció un balón exquisito para el remate. Lo aprovechó Santiago Van Der Putten, elevándose entre rivales y conectando un testarazo inapelable para hacer el empate antes del descanso. La afición bética desplazada hasta Las Rozas, que se hizo notar durante todo el partido, lo celebró con pasión, tras varias oportunidades verdiblancas que no se concretaron. No dio mucho tiempo para más acción, y la final de la Copa de Campeones despedía sus primeros 45 minutos con igualdad en el tanteo.

Durante los primeros diez minutos del segundo tiempo no hubo muchos sobresaltos en el partido, con los hinchas béticos reclamando a Ramírez Marco alguna amarilla para el equipo merengue. Hubo cierto revuelo en las gradas cuando Carlos Reina cayó en el área madridista; Yusi llegó tarde y pisó y luego derribó al ‘10’ bético, acción que el árbitro pasó por alto.

Assane fue de los más activos del Betis, bajando a recibir para la circulación de balón y muy activo en las contras. En una conducción suya pudo haber llegado una ocasión para los de Arzu, pero el delantero se llenó de balón y no vio la progresión de Franc Mateu por su izquierda. Poco tiempo después llegó otra oportunidad, esta vez de Carlos Reina, que no logró conectar bien con un buen pase de Gonzalo del Castillo. Insistía el Betis por las bandas, y una progresión de Ángel Ortiz terminó en amarilla para Manuel Ángel.

La delantera madridista dejó de ser tan móvil como en la primera parte, sorprendiendo sobre todo la menor participación de Yeray. Arbeloa les pedía cortes, desmarques que no llegaban. Volvía a ser protagonista Assane, en un robo que cedió a su lateral izquierdo. Franc Mateu hizo llegar el balón a Ortiz, que corría por la derecha, y lanzó un disparo centrado que atrapó Piñeiro. Llegaron los cambios en ambos conjuntos (García por Ortiz en el Betis y Mesonero por Yeray en el Madrid), y el equipo merengue volvió a despertar en ataque.

La final se decidió en los últimos diez minutos

En el minuto 81 Nico Paz peleó un balón a punto de salir con Álex Jiménez, que no pudo ganar el duelo. Recogió el esférico David, que centró y encontró el salto de Gonzalo García, que batió a Josan y volvió a darle ventaja al Madrid. El gol, cerca del término del partido, fue un duro golpe para el Betis, que lo siguió intentando. Se marchó el capitán Gonzalo por Rodrigo Marina, y poco tiempo después el incorporado Pablo García descerrajó un zurdazo que sacó Piñeiro a córner. En el 84 Arbeloa formó un equipo mucho más defensivo, viendo que los arreones béticos estaban cargados de peligro. Y, en la desesperación propia de un marcador desfavorable y la escasez de minutos, llegó el error bético que terminó de decantar la final. Un mal pase de Van Der Putten fue interceptado por Gonzalo, que esprintó y de nuevo superó a Josan, esta vez con su pierna izquierda. En los tres minutos de añadido el Betis continuó probando, pero no llegó el milagro. Fue, con todo, una gran actuación bética, que mostró peligro por ambas bandas con Mateu y Sorroche por la izquierda y Busto y Ortiz por la derecha, y con un Assane peleón, entregado a la causa y que nunca dejó de correr. Es el primer subcampeonato en la historia del Real Betis en esta competición, que compitió de tú a tú a un Real Madrid que se llevó su octava copa con dos zarpazos postreros de Gonzalo. Aplaudió la afición bética a sus jugadores cuando recogieron la medalla, orgullosa por unos chicos que lo dieron todo en la final.

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