El utrerano ha reconocido una vez más el sentimiento de pertenencia que le une al Real Betis, pues ha desvelado que mantiene contacto y amistad con Ángel Haro y sigue todos los partidos del equipo.
Dani Ceballos es uno de los nombres del mercado del Real Betis. Al centrocampista utrerano únicamente le resta un año de contrato y, en caso de no renovar, el club verdiblanco es su destino preferido para volver a gozar de minutos y protagonismo. Los verdiblancos tienen las puertas abiertas para recibir a Ceballos, pero debe ser por un módico precio este verano o de forma gratuita la próxima campaña. Se trata de un movimiento que actualmente está paralizado. Este miércoles, el internacional español ha sido entrevistado por el periodista Diego Campoy en el canal de Twitch de Relevo.
El canterano bético ha vuelto a reconocer su arraigo al Betis, el equipo de sus amores según ha reconocido varias veces él mismo: "Quien me conoce sabe lo que significa el Betis para mí. Se lo debo todo. Apostó por mí, me ofreció mi primer gran contrato y es el club que me llevó a donde estoy hoy. Soy seguidor del Betis, me veo todos los partidos y mantengo amistades y contacto con el presidente. El Betis es una familia para mí".
Por otra parte, el utrerano también se refiere a los escasos minutos de los que ha gozado este curso: "En el fútbol nunca se sabe. Necesitas un entrenador que te dé confianza... esa es la clave", pero valora su rendimiento de forma positiva: "Quiero matizar que el míster no me ha pedido perdón personalmente, pero sí en las ruedas de prensa. Por mi forma de entrenar, de jugar... He llegado a la ciudad deportiva el primero y me he ido el último. Sé los jugadores que tengo por delante, pero he podido demostrar el nivel que todo el mundo esperaba de mí".
Además, el mediocentro sevillano analiza la lesión que sufrió en los JJOO y que le tuvo apartado de los terrenos de juego varios meses: "Fue una lesión atípica en un futbolista. En las primeras resonancias no parecía tan grave y me dijeron que en dos o tres meses ya podría jugar pero fue mucho más allá. A nivel mental fue muy difícil porque la recuperación se alargaba, el tobillo no evolucionaba... Daba un paso adelante y dos atrás, me desesperé. Hicimos una pequeña intervención y cambiamos a un tratamiento de células madre, como Nadal. A partir de ahí trabajamos con los fisios y los médicos para no tener secuelas. En otro club sin tantos medios, a lo mejor no hubiese podido volver a jugar al máximo nivel".
Por último, tras un cuestionario de preguntas cortas, se queda con Joaquín Sánchez para salir de fiesta y con Rubén Castro para entenderse en el césped, recordando de esta forma a dos de sus compañeros mientras estuvo vistiendo la elástica de las trece barras.