Temporadón con mayúsculas el que ha rubricado este viernes el Real Betis en el Santiago Bernabéu, donde logró el punto que necesitaba para afianzar la quinta plaza liguera después de proclamarse brillante campeón de la Copa del Rey. Manuel Pellegrini es el primer técnico que logra meter dos años seguidos al Real Betis en Europa y el tándem Haro&Catalán empieza a recoger los frutos de las fértiles semillas que vienen sembrando desde 2015, cuando en septiembre ganaron por los pelos una histórica asamblea, gracias al apoyo de la inmensa mayoría de los pequeños accionisas béticos que no dudaron en darles su respaldo y lograron dar un giro radical a la historia reciente del club.
La próxima temporada 2002/23 será la octava seguida del Real Betis en Primera división, una serie solo superada por las diez que estuvo entre 1979 y 1989 -con Mauduit y Retamero-, y la tercera, de las cinco últimas, que logra clasificarse para competiciones europeas, hito solo mejorado entre 1995 y 1998 -con Lopera, Serra y Aragonés-, cuando se clasificó para jugar en Europa en tres de cuatro temporadas, aunque entonces sin ganar, como ahora, la Copa del Rey (en 1997 fue subcampeón ante el FC Barcelona).
Haro y Catalán han sabido convertir al Real Betis en una empresa bien estructurada y en contínuo crecimiento, a pesar de las dificultades económicas que se encontraron a su llegada, que han ido sorteando con imaginación y diligencia y rodeándose de profesionales de gran prestigio, como Antonio Cordón, la mano silenciosa que está sabiendo rentabilizar al máximo los recursos para que el crecimiento deportivo siga siendo constante.
El futuro del multidisciplinar club verdiblanco -enhorabuena también al equipo de baloncesto, a las féminas y los remeros, y mucho ánimo al primer equipo de fútbol sala- no puede ser hoy por hoy más halagüeño. La cantera (pronto van a comenzar las obras de la nueva ciudad deportiva, que en un año ha de estar operativa) va camino de firmar una de las mejores campañas de su historia, con títulos en todas las categorías, desde juveniles a prebenjamines, salvo el lunar del filial, y en el aspecto social, a través de las múltiples actividades de su Fundación, el Real Betis es una entidad pionera y modélica, un orgullo para su afición, que semana a semana acude en masa al Benito Villamarín a disfrutar del fenomenal ambiente que se vive cada día de partido en el estadio, señal inequívoca de que los béticos están cada vez más identificados con un club que empieza a estar a la altura que se le demandaba y que tiene un enorme potencial para seguir creciendo. El gigante estaba dormido y ya ha despertado.