Hugo Galera: “Lopera no vino a salvar al Betis, sino a quedarse con el Betis”

Pepe Elías 672
Hugo Galera, en una de las dependencias del Hospital Infanta Luisa, donde nos concedió la entrevista en julio de 2009.- Javier Cuesta

En julio de 2009 le hice en El Correo de Andalucía esta entrevista a Hugo Galera, ex presidente del Real Betis, que daba su versión sobre todo lo ocurrido en la transformación del Real Betis en Sociedad Anónima Deportiva, un proceso que se discutió en el Juzgado de lo Mercantil nº 1, luego en la Audiencia de Sevilla y ahora en el Supremo. Todos los juzgados han dado la razón al ya difunto Hugo Galera y tras la sentencia del Tribunal Supremo volvemos a reproducir la entrevista íntegra, por su actualidad.

-Eso que dice Lopera de que el Betis debía más de 4.000 millones de pesetas y él lo salvó de la desaparición el 30 de junio de 1992 usted nunca se lo ha creído...

– Lopera no salvó al Betis, el Betis se podía salvar por sí mismo, y esa deuda de 4.000 o 5.000 millones de la que habla es una mentira como otras muchas que se han dicho. La única deuda que tenía que solventar el Betis después de entrar en el Plan de Saneamiento en junio de 1992 era de 1.175 millones de pesetas, cifra que correspondía exactamente al capital social que había que suscribir.

– Los béticos de base sólo suscribieron 475 millones y los 700 restantes trató usted de que fueran asumidos en ese momento por una serie de béticos ‘notables’ o adinerados en las famosas reuniones del Hotel Colón.

– Así es, se hicieron dos partidas, una de 308 millones, que correspondía a un crédito con mi aval personal (necesario para saldar deuda pública unos meses antes con Hacienda y la Seguridad Social y poder entrar en el Plan de Saneamiento) convertible en acciones. Y otra partida de 400 millones que se negoció con la Secretaría de Estado para el Deporte (Javier Gómez Navarro) y con las Cajas (El Monte y San Fernando), también en forma de crédito, que se iban a distribuir ambos entre los béticos con más posibilidades económicas en las célebres reuniones del Hotel Colón.

– ¿Por qué fracasó esa operación del Colón el mismo 30 de junio de 1992?

– Al final el consenso lo reventó el señor Ruiz de Lopera, que acudió a una de las últimas reuniones con una serie de intermediarios para tratar de abarcar mayor poder y hacerse con el control accionarial del club, lo que hizo desistir a muchos de los allí presentes.

– ¿Quiénes eran esos ‘intermediarios’?

– Acudieron en concreto Manuel Morales y José León junto a él. Digamos que eran personas que iban simulando que iban a comprar, pero que en realidad eran interpuestas entre Lopera y la compra de acciones. Cuando yo llego al Colón a una de las últimas reuniones salió él diciendo “¡cuánto hay que poner!, a gritos: yo pongo 30 millones, León otros 30 y Morales otros 30”. Entonces ya se puede hacer usted una idea. Allí en el Colón, al ver esa actitud de Lopera, la gente empieza a rajarse. Íbamos a un trato equitativo, entre caballeros, pero se presentó él con intención de reventarlo todo y lo hizo. El caso es que los 30 millones que pusieron León y Morales fueron poco después recomprados por las empresas de Lopera, lo que da una idea de que actuaba con premeditación y que su intención no era otra que quedarse con el control accionarial del club.

–Y lo acabó logrando....

- El ‘salvador’ se quiso quedar con el Betis desde el primer momento y cada vez que hacía una aportación al club lo aireaba a los cuatro vientos para ganarse el favor de los medios de comunicación y la afición y pedía que le firmáramos un documento redactado por él en el que la garantía eran acciones del Betis SAD el día de la futura conversión. A mí nadie me dio cancha para yo decir eso en esa época porque la prensa estaba abducida por el fenómeno este. Todo el mundo creyó que él era un mesías, que venía a hacer asilos a los viejitos béticos para que vieran los partidos al lado del estadio, que venía regalando todas sus acciones a los béticos, pero sus embustes ya no se los cree nadie. Empezó diciendo que había puesto 1.000 millones, luego 2.000, 3.000, 8.000 millones... ahora ya va por ¡¡400.000 millones ¿es que nadie le hace las cuentas a este hombre? Esto es muy gordo. Yo me tuve que ir de allí tragando, pero no he aceptado nunca nada como verdad. Los 400 millones que dice que puso, pues los otros 308 del crédito convertible en acciones se pagaron en cómodos plazos, fue un talón bancario de aproximadamente 700 millones que obtuvo del Banco Central Hispano de María Auxiliadora, siendo ya propietario a nombre de Farusa del 51% de las acciones y pudiendo disponer libremente de los 475 millones suscritos por los béticos. En tal sentido, en los autos del juicio de la conocida sentencia del Penal 10 de Sevilla existe documentación suficiente que demuestra que el Betis financió a Farusa y no Farusa al Betis.

- Pero usted, como presidente, pudo evitar en última instancia que Lopera se quedara con la mayoría, pues tenía la potestad por ley de decidir quién suscribía la última ronda de acciones.

- Y me siento culpable por ello. En aquel momento yo tuve la solución: no podía permitir es que el Betis se muriese en mis manos y en último extremo tenía una baza. Yo tenía propiedades, capacidad de crédito y recursos disponibles preparados para el último extremo que no se arreglase nada, pero claro, en esos momentos ocurrieron muchas cosas a la vez. Ya no me podía quitar al tipo de en medio porque era impopular, ya había sido acogido por la prensa como el ‘mesías’, en ese momento pude hacerlo, pero dentro de la misma junta directiva había gente que le tenía simpatías: era difícil apartarlo porque ciertamente él ya tenía un dinero depositado, unos 12 millones de pesetas y otros 8 que puso para ayudar a entrar en el Plan de Saneamiento, que refregaba siempre. Yo tenía avales importantes, junto con Manolo Romero, que siempre me ayudó, pero durante tres años nunca se me ocurrió decir en la prensa que pagaba algo de mi bolsillo, cuando así ocurrió en varias ocasiones.

- Entonces...

- Otra posibilidad que se me plantea es quedarme con él de socio en el Betis, pero eso era terrible: sacrificar totalmente mi vida, yo tenía mi profesión, mi cátedra, mis empresas que nada tienen que ver con el fútbol, de construcción, agricultura. Mi orientación empresarial no estaba en el fútbol, nunca pensé en ganar dinero en el fútbol a costa de representar a alguien. Y me dije: me tengo que largar, si se tiene que quedar él, que se quede, esperemos que cumpla su compromiso de poner a la venta las acciones entre los béticos. Procuré terminar de la forma más suave y delicada, pero luego vi que la situación no era normal. Él se fue envalentonando... Usted piense una cosa, una persona que pone dinero en una sociedad para favorecer a un colectivo, al final la sociedad termina sabiéndolo y agradeciéndolo. Pero este tipo desde el principio hace un sainete, eso del video, ‘salvé al Betis’, ‘lo saqué de la UCI’, eso no es propio de un filántropo que pone dinero para ayudar a alguien, esas proclamas son un montaje de un individuo que lo dice para que la gente se lo termine creyendo porque no lo ha hecho, sino todo lo contrario.

– ¿Según sus cuentas, cuánto dinero puso realmente Lopera en el 92?

– Pondría del orden de unos 400 millones de pesetas. Y luego hizo una operación de filigrana mercantil y financiera en su favor, que entiendo que puede no ser ilegal, pero en mi opinión sí atenta a la moral. Pues si esa filigrana se hubiera hecho a favor de los béticos, asumiendo los 700 millones que quedaban y después repartiéndolos entre los que habían puesto 475 millones, haciendo una buena administración y logrando sustanciar la deuda con los recursos generados, pues me hubiese parecido moralmente aceptable, pero no fue así. Por consiguiente sigo repitiendo esa célebre frase que pronunció Miguel Espina en la junta de accionistas de 2004, cuando le dijo a Lopera que él no vino a salvar al Betis, sino a quedarse con el Betis.

‘Abandonó el negocio de las minipimers y las vaporetas para hacer negocio con el Betis’

– ¿Y para qué cree usted que quería Lopera quedarse con el Betis?

– Pues probablemente porque vería que podía ser un buen negocio. Existen indicios de que ya tenía interés desde antes en meterse en el mundo del fútbol, pues incluso registró, antes del proceso de transformación de los clubes en Sociedades Anónimas, las marcas Real Betis Balompié SA y Sevilla FC SA, pero la normativa de añadir la coletilla Deportiva a la de Sociedad Anónima le reventó el asunto en principio, hasta que eligió otra vía para acceder al fútbol. De hecho abandonó el negocio de las lavadoras, minipimers y vaporetas que vendía, y creo que abandonó también su otro negocio de prestamista y toda su actividad la centró en sacar renta a sus propiedades y por supuesto en el negocio del Betis, que ha sido para él muy importante, pues ya se conocen los contratos de arrendamiento de servicios que han tenido Tegasa y Encadesa, en los cuales sus empresas ganaban unos porcentajes considerables.

– ¿De qué cantidades hablamos?

– Pues desde 1992 a hoy es mucho dinero, si bien es verdad que en los últimos años la capacidad de negocio con el fútbol ha disminuido, pero en los primeros años, gracias al boom de las televisiones y la multiplicación de los ingresos de la publicidad, el desfase entre ingresos y gastos fue muy grande a favor de los primeros. Y es una pena que esos años de bonanza que pudieron dejar unos depósitos y unas cuentas muy favorables a nuestro club pasaran a engordar los beneficios de las empresas interpuestas (Tegasa, Encadesa...), que al fin y al cabo son del señor Lopera, como han demostrado repetidamente las sentencias que se han producido por diversas razones, en las que eso ha quedado claro a pesar del tupido velo que las rodeaba. Nuestro grupo (Béticos por Villamarín) calculamos que aproximadamente sus empresas han estado ganando entre 6 u 8 millones de euros anuales, por los porcentajes que tienen los contratos. De cualquier gestión que se hace el 8,5% es para sus empresas y sólo el contrato de las televisiones son miles de millones. Además, todo lo que se cobra permanece en las cuentas bancarias de sus empresas con los intereses financieros para ellas, y sólo se libera dinero para el Betis cuando el club lo necesita. Él quiere aparentar que sus empresas auxilian al Betis cuando realmente eso no es así: el dinero es del Betis y está rentando en las empresas suyas. Se ha enriquecido a costa del Betis.

– De ahí la denuncia por delito societario que ha interpuesto su grupo ¿no?

– Exactamente, y a la que se han sumado Por Nuestro Betis, la Liga de Juristas y el grueso de los grupos opositores, que por fortuna cada vez somos más.

– De todos modos, usted estuvo muchos años callado, sin decir nada de esto, entre otras cosas porque seguía teniendo mucho dinero avalado....

– Así es, el aval de los 308 millones de pesetas para entrar en el Plan de Saneamiento, que las Cajas sólo nos dieron si lo firmaba yo, no me lo retiró hasta dos años y medio después de junio del 92, y eso a pesar de haberse comprometido en junta directiva, la última celebrada previa a su disolución el día siguiente a la conversión en SAD, a la inmediata retirada, tal y como era habitual en la renovación del mando de los clubes de fútbol de la época.

– En 2004 decide empezar a denunciar las irregularidades societarias de Lopera - Mire, ya en las reuniones del Colón en el 92, muchas de las personas que acudieron eran opositoras a mí y mi directiva. Pero allí hubo un entusiasmo general, de colaborar unos con otros, que a mí me pareció fantástico, porque todos estaban dispuestos a participar, equitativamente, en solucionar el problema del Betis. Sólo cuando se advirtió que se pretendía hacer una operación no equitativa es cuando entró el desánimo y la desconfianza. De allí nadie salió corriendo por no ayudar al Betis, lo que sí hubo algunos que tuvieron una sensación de que era imposible seguir con la persona que se había introducido allí dentro acompañado de Manuel Morales y Pepe León. Y salieron corriendo de Lopera, no de ayudar al Betis. La operación del Colón se empezó a gestar a sus espaldas porque éramos muchos los que desconfiábamos de él y yo, al principio, no le había informado. De hecho cuando él aparece aquello fue invivible... su forma de ser, sus gritos. Cambió el tono de las reuniones, allí ibamos a ayudar. Si se compraban las acciones había el compromiso de ponerlas a la venta entre todos los béticos, pero con su entrada todo cambió, él sabía perfectamente que cambiando el tono iba a crear la ruptura y lo hizo intencionadamente. Pero a pesar de romperse esa operación, muchos de los allí presentes quedamos vinculados como amigos y nos reuníamos periódicamente observando como espectadores lo que estaba sucediendo. Y surgió en nosotros la necesidad de hacer una oposición franca, de ahí que en 2006 acudo a Antares ante unos 300 béticos para darles mi versión de lo que pasó aquellos días, y luego dí una rueda de prensa en el Hotel Colón.

– En esa rueda de prensa usted llegó a comparar a Lopera con Hitler...

– Comparé la situación del loperismo posterior al 92 con lo ocurrido tras el congreso nacional socialista de Hitler del año 1933 en Nuremberg cuando enardecieron las juventudes hitlerianas. Eso, nos guste o no nos guste, ocurrió un poco en el Betis, pues el beticismo se volvió loco con la figura exultante de Lopera, y él por supuesto se comportó como un dictador, en el sentido que no mató nadie pero mantuvo una dictadura férrea, controlándolo todo y eliminando del entorno del Betis a todas las personas que contravenían a sus intereses.

– ¿Cómo marcha la denuncia judicial?

– Antes de final de año espero que haya una resolución judicial y que las cosas cambien, teniendo que tomarse otras actitudes.

– ¿Usted tiene apetencias de volver?

– A mandar, nada, al palco sí me gustaría volver a presenciar algún partido, como ex presidente y con toda la dignidad que me merezco, por haber pasado aquella fase y haber trabajado con honestidad por el Betis.

‘Las primeras jugadas me las hizo con Felipe González y Kukleta’ (26/07/09)

Hugo Galera recuerda “las primeras jugadas que me hizo Lopera, por lo que empecé a desconfiar de él”. “En septiembre de 1991, siendo él vicepresidente económico, sin contar con nadie, decidió enviar un telegrama al presidente del Gobierno, Felipe González, en el que le venía a decir que siendo él bético y los béticos socialistas, poco menos que tenía que intervenir para ‘salvar al Betis’, que esos momentos atravesaba serios problemas para su inclusión en el Plan de Saneamiento. Lo mandó él firmado por el presidente del Betis, el vicepresidente y toda la junta directiva. El bochorno que pasamos todos fue grandísimo y fue el primer punto serio de fricción. El segundo llegó con el fichaje de Kukleta, que hizo él por su cuenta y riesgo sin que fuera aprobado por la junta directiva. Se fue con Léon a Checoslovaquia y lo trajo. Dijo que lo pagaba Farusa, pero luego lo pagó el Betis”, rememora el ex presidente Galera.

Galera: ‘Llamó a Gómez Navarro para reventar lo de las Cajas’

En las reuniones del Hotel Colón participaron Gerardo Martínez Retamero, Rafael Álvarez Colunga, Juan Mauduit, Miguel Espina, Juan Salas Tirado, Rufino González, Juan Márquez Medrano, Manuel Domínguez y Valentín Álvarez Vigil, entre otros. Hugo Galera pretendía que estos ‘notables’ asumieran unos 300 millones de pesetas en acciones, repartidas de forma equitativa entre todos. Y no avisó a Lopera de las primeras reuniones que mantuvo con ellos porque desconfiaba de sus intenciones. Cuando Lopera se enteró de las reuniones amenazó con retirar las financiaciones de Farusa si no le dejaban participar en el reparto. Según Galera, Lopera también reventó la operación de transformar en acciones un crédito de las Cajas por valor de 400 millones. “Él llamó a Javier Gómez Navarro a mis espaldas para decirle que no hacía falta la ayuda de las Cajas cuando estábamos cerrando el acuerdo con ellas”. “La gente empezó a desconfiar y todo se fue luego al garete cuando se presentó junto a León y Morales para acaparar más acciones”, rememora Hugo Galera.

Galera: ‘No conozco el asiento contable de los 300 millones de Proinsur’

José María González de Caldas pudo ser accionista del Betis, que le adeudaba 300 millones de pesetas desde el mandato de Retamero por un adelanto a cuenta de la posible venta del estadio, que la asamblea de socios luego nunca ratificó. Esa deuda finalmente no pudo ser incluida en el Plan de Saneamiento antes del 30 de junio de 1992, a pesar de que Caldas intentó negociar, de diversas formas, hasta el último día. “Retamero logró después del 92 que esa deuda fuera asumida por el Plan de Saneamiento y minorar la deuda del Club, pero habría que preguntar, a efectos contables, por el destino de esos 300 millones. Podría entenderse que los 300 millones entraron en caja del Betis como ingreso no previsto, o bien se hizo una reducción de capital (no se tiene conocimiento de ella), o bien se distribuyeron acciones de forma proporcional entre accionistas (también se desconoce), o se quedaron en acciones a determinados nombres de personas físicas o jurídicas (no se puede asegurar). Lo que sí es cierto es que no se dispone de estudio contable que aclare esta partida”, señala Galera.  

El extraño papelón de León y Angel Martín y el sello sustraído de Hacienda

Hugo Galera entiende que Pepe León, uno de los pocos que sigue junto a Lopera desde el 92, pese a que estuvo un tiempo desaparecido, “debe de estar cobrando para hacer el papelón que hace, según me comentan, aunque no tengo pruebas de ello. Yo mantengo cierta amistad con él y en el año 2006 me dijo que iba a aguantar sólo un año junto a Lopera, pues era consciente que ‘se lo está llevando todo y va a dejar el Betis como un solar’. Pero ahí sigue colaborando con él”. Tampoco entiende muy bien Galera “el papel desempeñado por Ángel Martín, que era uno de los más críticos con Lopera desde su llegada. Después ha sido uno de sus más estrechos colaboradores y hasta estuvo imputado en el proceso del Penal 10, lo que le asustó mucho, según me dijo. En ese proceso se habla de un sello de Hacienda descatalogado que fue sustraído de una delegación en Sevilla para falsificar unos documentos”.

Lopera: “Farusa se quedará sólo el 10% de las acciones”

“El Betis es propiedad ahora de todos los béticos y Farusa sólo se quedará con un diez por ciento de las acciones, el resto se venderá entre los béticos sin premura de tiempo”. Esas fueron las primeras palabras que pronunció Manuel Ruiz de Lopera el 30 de junio de 1992, tras la conversión del club en SAD, después de que fracasaran las múltiples gestiones realizadas por Hugo Galera para tratar de repartir el accionariado entre el mayor número posible de béticos. “Quiero que Galera siga de presidente. Me han molestado cuatro cosas suyas, pero en dos mil se ha portado bien conmigo. Yo nunca he sido un dictador y no lo voy a ser ahora con los béticos”, añadió. Unos días después, el 27 de julio de 1992, hace justo hoy 17 años, tomaba posesión el primer consejo de administración del Betis SAD, compuesto por Ruiz de Lopera, José León, Jose Carlos Campos Camacho, Antonio Bustos, Fernando Rubiales, Juan Márquez, Juan Luis Aguado, Ángel Martín, Luis Salcedo, Manuel Morales, Francisco Lucena, Balbino de Bernardo, Francisco Sánchez, Rufino González y Leonardo Rodríguez de la Borbolla.

 

 

 

 

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