Joaquín: "Joaquín se va, pero el Betis se queda, es eterno; de mi corazón no se irá nunca"

Andrés Benitez Cosano hace 1 año 422
Joaquín, durante su discurso de despedida

Qué difícil es decir “hasta aquí llegué”, comenzó el discurso de la leyenda bética.

Joaquín dejará de ser futbolista del Real Betis cuando termine esta campaña. Eso es una realidad. También lo es que las despedidas duelen, pero la leyenda seguirá vinculada al club. Era lógico. Joaquín y Real Betis son dos realidades imposibles de separar. Antes de comenzar con su discurso, el '17' del Betis tuvo un momento para recordar a Luis Márquez, recientemente fallecido, y su familia.

Qué difícil es decir “hasta aquí llegué”, comenzó el discurso de la leyenda bética, que no pudo contener las lágrimas. "Qué difícil es desprenderme de lo que ha formado parte de mi vida desde que tengo uso de razón. O sea, prácticamente, mi vida entera. Pero cuando llega ese momento y tomas una decisión, la tienes que tomar convencido de que es lo mejor. Antes habría sido pronto, y después habría sido tarde. No habría querido que llegara jamás, y aunque todo tiene un principio y un final, siempre buscaré la forma de aportar lo que pueda al club de mi vida". "¿Cómo ha pasado tan rápido, Dios mío?", exclamó Joaquín, emocionado.

Era difícil no derramar lágrimas para Joaquín que, a pesar de ello, recuerda los buenos momentos por encima de todo: "No quiero convertir esto en una triste despedida, no sé hacer eso. Aunque sé que hoy me puede la emoción. Me llevo vivencias y recuerdos maravillosos, que solo me lo podía regalar el fútbol. Esto no es un adiós, es una etapa que se acaba, y empieza otra. Te bajas en una estación, pero te subes en otro tren con la misma ilusión y las mismas ganas. La misma ilusión y ganas que tenía un niño del Puerto soñando que algún día podría vestir la camiseta del primer equipo del Betis, la de las trece barras".

Sintió ese especial pellizco en el corazón cuando dio el salto al primer equipo, y se lo contó a su mayor fan: "Todavía recuerdo ese momento como si fuera ayer cuando descolgué el teléfono para decirle a mi padre: “Papá, lo conseguimos, ya soy jugador del mejor equipo del mundo, el Real Betis Balompié”. Pero antes de eso Joaquín recuerda "esos viajes, a esos compañeros, tantas ilusiones que brotaban en aquel vagón. Tantos momentos de risas y anécdotas, hacen que hoy, echando la vista atrás, me dé cuenta de que no fue fácil. Muchos se quedaron en el camino, y de la suerte que tuve cuando, años después y ya consolidado en la cantera, recibí una llamada que me cambió la vida. Fernando Vázquez, entrenador del primer equipo del Betis, me incorporaba a la primera plantilla".

Con su llegada al primer equipo llegaron "años inolvidables, una quinta de canteranos que llegaba con fuerza y paso firme, devolviendo el equipo a Primera, y lo rematamos con un título y jugando la Champions". "Casi ná’ ", apostilló Joaquín, con la guasa que le caracteriza. Con todo, el del Puerto reconoce que las experiencias han sido diversas, pero hoy era un día para ver solo lo positivo: "Veintitrés años dan para mucho, y profesionalmente lo he vivido casi todo: momentos buenos, y también malos momentos. Pero hoy es un día para quedarme solo con lo bueno, que, gracias a Dios, ha sido mucho. Me siento feliz, muy feliz, porque no siento el fútbol sin alegría. Bueno, el fútbol y mi vida, ya lo conocéis".

Joaquín es transparente, lo que la persona ve es lo que Joaquín ofrece, y él lo reconoce: "También sé que mi carácter y mi forma de entender esto me ha pasado factura, pero como dijo un día mi buen amigo Curro Romero, 'como ser humano no me traiciono', yo soy así". En un día tan señalado, lleno de emociones, Joaquín tuvo tiempo para reflexionar un poco y mandar un mensaje algo más serio: "Sé que en tantos años me he podido equivocar en algún momento, no habré estado acertado, y, si es así, pido disculpas a quien hubiera podido ofender, nunca fue mi intención. De corazón os digo que no me arrepiento de nada, y que lo único que he intentado siempre es disfrutar de mi carrera y de mi vida con respeto y profesionalidad".

Joaquín tuvo elogios para todos los que le han acompañado estos años, pero hizo mención a una gran parte de su vida:" Agradecimiento eterno a mi afición bética, lo único que da sentido a este club y a su escudo. Fiel donde las haya, única, sufridora y alegre, alegre y sufridora, la del ‘manquepierda’, a la que me debo y a la que llevo y llevaré siempre como parte inseparable de mi vida".

Agradeció también a las personas que le siguieron, a todos sus compañeros, a los medios de comunicación, a su representante Eduardo, a "Ángel, José Miguel, Ramón, Federico, Consejo de Administración, a todos los empleados que han formado parte de los distintos departamentos del club, que hacéis que el Betis de hoy, del cual me siento orgulloso, esté transmitiendo ya esa ilusión de futuro que tanto necesitábamos". También a sus compañeros de la actual plantilla y al cuerpo técnico. Y a "todos los que hoy no están, pero que han vivido conmigo esta bendita etapa en el Betis. He compartido con vosotros momentos muy especiales, entre ellos ese sueño de Copa. Muchas gracias a todos los aficionados de España, por el cariño que percibo todavía en cada estadio, en cada calle o rincón de este país".

El gaditano, eternamente agradecido, asume que el cariño que recibe es increíble: "Gracias porque sé que no es fácil este reconocimiento que recibo por parte de todas ellas. Habéis sido parte de mi bonita historia, y como profesional y persona nunca podré agradecer tanto afecto". Entre tanto agradecimiento, hubo un momento especial. Se acordó de su familia, y, en especial, de un miembro que le mira desde arriba: "A mi tío ‘Chino’ allá donde esté, te quiero, tito, muchas gracias por todo", dijo, visiblemente emocionado. Hablando de su familia tuvo que parar, y alivió la tensión hablando con Rafael Gordillo: "No puedo más, Gordo, he hecho muy largo el discurso", dijo, provocando la risa de los asistentes.

A su mujer e hijas les agradeció su "apoyo incondicional", porque sin ellas "nada de esto habría sido posible". Pero eso sí, les advierte: "Me vais a tener que aguantar un poquito más, es lo que tienen las cosas estas".

Y el final del discurso del gaditano fue un broche de oro perfecto al resumen de su trayectoria, de la emoción del momento y lo que significa Joaquín Sánchez para el Betis y el beticismo: "Para terminar, solo quiero que sepáis que me marcho con la pena que arrastra el momento, pero también con la tranquilidad y la serenidad que te da la sensación de que cumplí con mi deber como profesional, que no escatimé en esfuerzos, y que he dado todo lo que tenía hasta el día de hoy. Que volvía a cumplir un sueño, y que a partir de ahora me toca sumar de otra forma. Pero no lo dudéis, aquí estaré como siempre, porque Joaquín se va, pero el Betis se queda, es eterno. Y de mi corazón no se irá nunca. Viva el Betis, muchas gracias".

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