Los accesos de la Cartuja no se reformarán antes del traslado del Betis
Tanto el Ayuntamiento como la Junta se comprometen a mejorarlos para evitar los macrocolapsos vividos anteriormente
Tanto el Ayuntamiento como la Junta se comprometen a mejorarlos para evitar los macrocolapsos vividos anteriormente
Los accesos de la Cartuja, que han causado tantos problemas de colapsos cada vez que el estadio ha albergado un gran evento deportivo o un macroconcierto, no serán reformados antes de que el Real Betis se traslade. La reforma de los accesos está prevista para la segunda fase de las obras, programada para principios de 2027, mientras que el Betis se trasladará en 2025.
Esto ha sido confirmado por Arturo Bernal, consejero de Cultura y Deportes, durante una visita a las obras que han comenzado esta semana, y que adecuarán el estadio para el Mundial 2030. En el acto también estuvo presente Antonio Cruz, arquitecto encargado de la reforma, quien declaró que, aunque no se reformen hasta 2027, se implantarán mejoras temporales, ya que, como él mismo admite, “los accesos están excesivamente constreñidos”.
Tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Sevilla son totalmente conscientes de los problemas de movilidad y los colapsos en los accesos que se han vivido en grandes eventos como las finales de la Copa del Rey o los macroconciertos veraniegos como los de AC/DC o Estopa. Este asunto se tratará en una reunión el próximo lunes, donde se podría mejorar los accesos siguiendo las directrices del Plan Director que suscribieron las administraciones implicadas.
“Uno de los grandes déficits del estadio es la reurbanización de su entorno y hay que hacer nuevos accesos no solo de cara a 2030, sino para el final de la próxima temporada cuando se traslade el Betis. Eso es lo que tenemos que ver y es el objetivo que tenemos, que si no están los accesos terminados, estén por lo menos avanzados”, declaraba José Luis Sanz, alcalde de la capital hispalense. Aún falta un año para que el Betis se traslade al Estadio de la Cartuja, por lo que hay tiempo para mejorar y adaptarse a un cambio que acercará a 60.000 personas cada dos semanas.