El empate final en el derbi (0-0) le vale de mucho al Real Betis y de muy poco al Sevilla FC, que ha dejado escapar una gran oportunidad de hacerse con la séptima plaza en una jornada en la que perdieron todos sus rivales directos, menos el Athletic -al que tienen a dos puntos y ganan el average- y el propio Betis, que mantiene su confortable colchón de ocho puntos, ahora más el average general, de diez goles a su favor cuando solo restan tres jornadas de Liga y nueve puntos por jugarse.
Tanto béticos como sevillistas, no obstante, deben estar tirándose de los pelos. Los primeros porque han completado un partido muy deficiente en ataque y han dejado escapar una gran oportunidad de asestar un rejonazo a su eterno y rival. Y los segundos porque han sido incapaces de hacerle un solo gol a un flojo Betis que llevaba diecisiete visitas encajando en el Sánchez-Pizjuán y acabó con un hombre menos en los minuitos finales.
Muchos se extrañaron de la presencia de Abner en el once inicial del Real Betis, pero viendo lo que duró luego en el campo el revolucionado Miranda, igual se entiende mejor la decisión de Pellegrini. Mendilibar también sorprendió con tantos cambios, hasta ocho en el once inicial, que no le dieron al Sevilla, más necesitado del triunfo, para imponerse en el juego salvo en los compases finales, cuando entraron todos los pesos pesados y los béticos ya jugaban con uno menos por la justa expulsión de Miranda.
El Betis sale de Nervión con el objetivo de su tercera clasificación europea virtualmente logrado y el Sevilla, consciente de que se tendrá que jugar el éxito o el fracaso de la temporada todo a una carta en Budapest. Porque ganar la séptima Europa League será un éxito rotundo y quedar fuera de Europa -que por LaLiga está complicadísimo tras este empate- un rotundo fracaso.