Guruzeta se suspende y Osasuna suspende

El Athletic evitó irse de vacaciones con sabor a carbón derrotando a Osasuna en la jornada 18 de Liga. Los 'rojillos' ya llevan sin vencer desde el 2 de noviembre y, en la comparecencia de los de Ernesto Valverde, opositaron a ello gracias a un gol polémico con el que Lucas Torró abrió la lata. Si bien, en el primer acto, generaron un clima de igualdad más recurrente, fueron inferiores en el grueso del enfrentamiento.
Los 'leones' remontaron con tantos de Gorka Guruzeta y Álex Berenguer. El primero materializó las tablas a la media hora, tan solo 6 minutos después del 1-0, con un remate de delantero puro. Aprovechó un centro de Iñaki Williams desde la banda derecha, se elevó, se suspendió en el aire y torció el truenco y el cuello para mandar la pelota al fondo de las mallas de Sergio Herrera a través del espacio que había a su derecha.
Su compañero, el encargado de la segunda diana, explotó un lío entre los jugadores de Vicente Moreno. A falta de alrededor de un cuarto de hora para el fin del tiempo reglamentario, nadie tuvo claro quién debía ir a despejar un envío en largo de Unai Simón desde su área. Nadie lo hizo, así que el '7', que había entrado al campo porque Oihan Sancet notó molestias en el tobillo al poco de arrancar la segunda mitad, recogió el cuero, suelto, y lo definió cruzado con una volea de izquierda.
Antes de que ellos marcaran, Lucas Torró lo hizo con una maniobra similar a la del extremo del Athletic. La diferencia reside en que su acierto se generó por una falta de Nico Williams sobre Kike Barja que despertó bastantes asperezas. Fue el '11' de Osasuna el que se lanzó a por su par y este, de hecho, intercambió alguna risa con él cuando, después de señalar el colegiado la infracción, le recriminaba, de buen tono, que había conseguido engañarle.
El balón parado dispuso una ocasión que se afiló con un mal despeje de Íñigo Ruiz de Galarreta, que alejó la pelota hacia el otro costado de la caja en lugar de hacia donde estaba el campo contrario. Así, Torró, que corría hacia atrás, encontró la oportunidad perfecta para golpear el cuero con mucha potencia usando la pierna derecha e inutilizar las opciones de respuesta del guardameta, que encadenaba su segunda titularidad.
Quizás el problema del equipo de Vicente Moreno estuvo en no tutear más al cuadro de San Mamés aun con el 1-1 en el luminoso. Es curioso cómo, en este contexto, eran los 'leones' los que gestionaban el peso del partido mientras iban aproximándose al gol. Cuando lo lograron, tuvieron que replegarse porque los 'rojillos' apretaron, tontearon con empatar de nuevo la cita y, en cierto sentido, demostraron que podrían haber creído en el triunfo desde antes.
En sus momentos de sufrimiento, Sergio Herrera dio tiempo al grupo de reflexionar sobre esta forma de afrontar la segunda mitad. Realizó varias intervenciones de mérito, la que más un achique a bocajarro ante un tiro de Guruzeta tras una escapada de Iñaki por la banda derecha. El mayor de los hermanos Williams, que, en esta situación, regateó a dos defensas que le salieron al paso, se erigió en la principal baza ofensiva de los suyos.
Contrastó con el pequeño, Nico, que no se asoció con el acierto como en otras tardes. Incluso llegó a pegarle una patada al aire, dentro del área de Osasuna, cuando intentaba poner a prueba al cancerbero y elevar la renta a 1-3. El '9', aunque también protagonizó momentos de desacierto, atinó ofreciendo centros, estuvo rápido en el uno contra uno, buscó siempre la espalda de la zaga y calentó los guantes locales cuando le fue posible.