El Real Betis, hoy por hoy, es un rival temible para la mayoría de sus rivales

El Real Betis ha realizado un arranque de temporada sobresaliente, igualando el mejor comienzo de su historia en LaLiga (el de la 1934/35, que acabó ganando) y sumándole además dos triunfos en la UEFA Europa League, por lo que lleva siete victorias en sus ocho primeros partidos oficiales, algo nunca logrado anteriormente. El propio Manuel Pellegrini, a sus 69 años recién cumplidos, iguala también con el Betis el mejor comienzo de campeonato de su larga carrera en Europa, pues ganar 7 de los 8 primeros partidos solo logró hacerlo con el Real Madrid y en una de sus cinco campañas con el Villarreal, pero no con el Manchester City -con el que ganó la Premier y la Copa de la Liga-, el Málaga ni el West Ham.

Lo del Real Betis en este arranque de campeonato tiene especial mérito, pues lo ha hecho con la baja de su jugador más valioso, Nabil Fekir, que apenas pudo jugar los tres primeros partidos de Liga y se ha perdido los tres últimos -en el Berrnabéu cayó lesionado a los diez minutos- así como los dos de Europa League, torneo que en el que cayó también a las primeras de cambio el pichichi Juanmi, máximo goleador del equipo la pasada campaña, con 20 goles en todas las competiciones.

Pellegrini no ha puesto excusa ninguna por las bajas ni las puso en verano por el retraso en las inscripciones, que le obligaron a afrontar las tres primeras jornadas con importantes ausencias. "Estoy satisfecho, tenemos una muy buena plantilla", dijo el chileno nada más cerrarse el mercado, para disgusto de quienes creían leer sus pensamientos y hablaban de su supuesto gran enfado por la escasez de refuerzos y la tardanza en inscribirlos.

Pellegrini agradeció públicamente al club que "se hayan realizado todos los esfuerzos posibles para mantener una plantilla competitiva", pues apenas salieron Bartra, Tello y Joel y han llegado en sus puestos Luiz Felipe -un grandísimo refuerzo-, Luis Henrique -que apunta muy buenas maneras- y Dani Martín para ser el tercer portero, igual que Loren se ha quedado para ser el tercer delantero.

Con estos mimbres está formando el Ingeniero un bloque cada vez más solidario y compacto, que rebosa calidad, tiene gol y sabe competir en cada momento, aspecto en el que aportan mucho ilustres veteranos como Joaquín, Guardado o Claudio Bravo, la guardia pretoriana del chileno y de la que en ningún momento se ha querido desprender, pese a que ninguno de ellos conserve ya la vitola de titular.

La afición bética está volcada con su equipo, con su entrenador y su directiva. Cada partido en el Benito Villamarín es una fiesta y en los momentos de dificultad, como este pasado domingo ante el Girona, las palmas y los cánticos atronan para llevar al equipo en volandas a ganar, ganar, ganar y volver a ganar, como reclamaba siempre Luis Aragonés, aunque el rival juegue mejor o haya momentos de flaqueza. El Betis anda instalado en una dinámica estupenda y ganadora -pese a sus apuros financieros-, y es sin duda, un no desdeñable aspirante a tocar plata de nuevo en alguna de las tres competiciones del KO que disputa -Copa, de la que es vigente campeón, Supercopa y Europa League- y a esa cuarta plaza liguera que esta campaña parece sin dueño, pese a que su presupuesto y límite salarial esté muy por debajo de rivales directos que compiten por lo mismo. La simbiosis entre equipo y afición, la maestría en los banquillos  de Pellegrini y la calidad innata de muchos jugadores del plantel, hacen del Real Betis, hoy por hoy, un rival temible para la mayoría de sus rivales.