La vida sin Nabil, una figura diferente

La gravísima lesión de Nabil Fekir es una noticia terrible para el Real Betis. Por nivel, perfil y personalidad, el galo es uno de los efectivos imprescindibles para Manuel Pellegrini, que consciente de su importancia nunca lo ha dejado en el banquillo por decisión técnica, perdiéndose únicamente -incluido el año de Rubi- 23 de los últimos 137 partidos disputados en liga por el equipo verdiblanco.

Fekir es una pieza diferente, un jugador que ignora la normalidad, que se aparta del guion, que inventa. Es quien aporta el punto de clarividencia, de solvencia y de personalidad en los momentos más complejos. Su peso en el juego del conjunto bético es innegable. No le importa el escenario, el rival o el contexto, él quiere ser protagonista y tirar de su equipo. Podrá estar en un nivel u otro de inspiración, y de hecho esta temporada estaba siendo realmente floja para ser él, pero nunca se esconde; si pierde cuatro balones seguidos volverá para pedir el quinto.

Ante esto, un futbolista inimitable, Pellegrini debe reinventarse, consciente de que no tiene en plantilla a otro jugador del perfil -ni el nivel- del campeón del Mundo. Con Rodri obtiene dinamismo y movimiento constante entre líneas, con Canales -que en la mediapunta apenas ha destacado en el Betis- consigue último pase e influencia en el juego y, por último, con Ayoze, mayor verticalidad y desborde. Pero ninguno es Fekir: capacidad para retener el balón, disminuir el ritmo y provocar faltas, carácter indomable, conducciones endiabladas, influencia directa en el comportamiento colectivo y determinación en el último tercio. Toda pelota que pasa por las botas de Fekir siempre va a un lugar mejor. 

De hecho, en uno de sus grandes días, Nabil Fekir está a años luz del resto de jugadores de la plantilla, como en la semifinal de Supercopa ante el Barça, pero la cuestión es otra, porque en sus "peores" días continúa siendo indiscutible en este Betis. Efectivos, en realidad, hay, pues Canales, Rodri, Ayoze, Joaquín, Juan Cruz e incluso Juanmi o Luiz Henrique pueden jugar en la mediapunta, pero es una posición tan definida para el Ingeniero que el comportamiento del equipo y ciertos mecanismos cambiarán irremediablemente.  

No obstante, los de Pellegrini han dejado a las claras que cualquier varapalo -como la lesión de Nabil- es reprimido de inmediato mediante una gran competitividad colectiva, como en Anoeta sin Guido, en Vallecas sin Canales o contra el FC Barcelona sin el propio Fekir. El espíritu de equipo, el paso al frente de ciertos atacantes y la sabiduría de Pellegrini son los tres mejores remedios para sustituir, en cierta medida, al sensacional jugador francés.