Lo que realmente ocurrió no importa

La tarjeta roja directa mostrada a Luiz Felipe y la sanción que ha sido luego impuesta y ratificada por los distintos comités de la RFEF deja claramente en entredicho el funcionamiento de los órganos disciplinarios, así como del colectivo arbitral, pues da la impresión de que éste utiliza los medios tecnológicos a posteriori para cubrirse las espaldas a la hora de redactar el acta y no para corregir los errores que puedan cometer en directo sobre el terreno de juego. Esa es la impresión que da todo este asunto, del que no tenemos certeza porque los audios de lo que comentan el árbitro de campo y el de VAR están ‘secuestrados’ por el Comité Técnico de Árbitros que preside el ínclito Luis Medina Cantalejo y no se dan a conocer.

Vayamos a los hechos. Del Cerro Grande mostró el pasado sábado roja directa a Luiz Felipe por una jugada que, tras ser visionada por televisión, como mucho era merecedora de amarilla -algo en lo que coincide prácticamente todo el mundo-, pues el jugador bético trató de quitar el balón al gallego para que no perdiera tiempo dándole un manotazo al esférico que este sostenía en sus manos. Una acción en la que debe entrar el VAR si entiende que hay error claro y manifiesto, pues se trata de una expulsión por roja directa. Iago Aspas simuló ser golpeado en la cara y se tiró al suelo revolviéndose de dolor varios minutos y hasta tuvo que ser ‘asistido’ por su teatrillo, tal y como consignó el árbitro.  Del Cerro Grande picó el anzuelo a la primera y sacó la roja directa al bético, sin que Estrada Fernández, desde el VAR, le corrigiera en ningún momento. “Del Cerro nos ha dicho que expulsó a Luiz Felipe por darle en la cara a Aspas y que el VAR se lo ha confirmado”, explicó Joaquín tras el partido. Ahí está el quid de la cuestión. Y es seguro que alguien miente.

Del Cerro, sin embargo, un rato después de la jugada y tras poder visionarla tranquilamente en el vestuario, no puso en el acta nada de un golpe en la cara a Iago Aspas, pese a que éste fingía claramente haber sido golpeado ahí. Si el golpe fue en el pecho y así lo vio desde el principio, debió sancionar a Aspas por fingir. Y si él vio que fue en la cara, Luiz Felipe estaría bien expulsado y así debería quedar consignado en el acta, aunque en ese caso el que se quedaría con el ‘culo al aire’ era Estrada Fernández por no advertir a Del Cerro del error claro y manifiesto cometido. Si solo se tuviera en cuenta la redacción del acta, donde el árbitro pone que Luiz Felipe  fue expulsado "por golpear con su mano en el pecho de un adversario de manera violenta cuando el balón no estaba en juego", motivo por el que el jugador rival tuvo que ser atendido, al bético le debieron caer varios partidos de sanción. Pero finalmente solo ha sido uno, lo que es realmente incomprensible. O le caían varios a tenor de lo redactado en el acta, o ninguno, si ésta se desvirtuaba. Los Comités volvieron a hacer la vista gorda y tiraron por el camino de enmedio.

En uno de los puntos de su extenso fallo, Apelación dice que en los órganos disciplinarios lo que se dilucida "no es la prueba de lo que realmente ocurrió", sino que si lo que se aprecia en las pruebas "es compatible con lo reflejado en el acta". Ápaga y vámonos. La prueba crucial para resolver todo este embrollo es el audio de la conversación que mantienen Del Cerro y Estrada durante el partido. Si creen que Luiz Felipe le dio en la cara, así debió quedar confirmado en el acta. Y si fue en el pecho, se debió sancionar a Aspas por fingir. Pero es que ni en el pecho le dio, aunque eso parece importar poco o nada. Lo que se dilucida, por lo visto, "no es la prueba de lo que realmente ocurrió" sino la presunción de veracidad del relato inventado luego. Así funciona esto, con unos tapando los errores de otros y el resto, tragando.

PD: en rugby, por ejemplo, hace años que el árbitro explica tras cada jugada la infracción cometida a los jugadores y al público asistente al partido, algo que ha empezado a hacerse de manera experimental en el Mundial de Clubes organizado por la FIFA y que pretende implantar la Premier la campaña próxima. Aquí, en España, vamos muy por detrás en este asunto.