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Real Betis
“Cuando uno pierde falta de todo”, reconoció Pellegrini tras el 3-2 en Girona. Así es, pero cuando se pierden cuatro partidos consecutivos y se reincide en el error, la cuestión empieza a ser preocupante. El técnico bético, en Montilivi, donde reapareció como titular Isco Alarcón brillando a un gran nivel, volvió a dar la elástica de titular a Nabil Fekir y este demostró, una vez más, no estar al nivel físico para jugar al alto ritmo que hoy exige la élite. El francés siempre llegaba tarde a la presión y ha perdido esa capacidad de desborde y golpeo que le hacía temible en las inmediaciones del área. Nueve posesiones perdidas, cero remates, cero pases clave y cero centros completados hablan bien a lqas claras de su flojísimo partido.
Prácticamente lo mismo se puede decir de William Carvalho. Estando disponibles Johnny Cardoso y Sergi Altimira no tiene mucho sentido que el portugués fuera el segundo cambio en un partido que ya era de ida vuelta y se jugaba a un ritmo frenético que le supera, en especial a la hora de correr hacia atrás. A los tres minutos del doble cambio -Carvalho y Chimy por Fekir y Ayoze- llegó el 2-1 de Dovbyk, tras un desafortunado despeje de Ruibal que se tornó en asistencia para el delantero ucraniano, que llevaba más de dos meses sin ver puerta y lo hizo por partida doble ante Rui Silva, al que Miranda dejó por dos veces vendido en la jugada del 3-2 de Stuani en el descuento, validado de aquella manera por Jaime Latre desde el VAR con unas líneas gruesas en las que cabe de todo. Tampoco estuvo nada afortunado Chadi Riad al cometer de nuevo un claro y absurdo penalti por saltar con la mano levantada. Demasiadas concesiones para un gran rival como el Girona, pese al excelente partido completado por Isco, Guido o Willian José, que también aprovechó a la perfección dos reglados de David López para empatar dos veces el partido.
El Real Betis ha entrado en crisis ahora que Pellegrini ha recuperado a un buen número de efectivos y se aproxima el tramo decisivo de la temporada. El equipo, que no perdía cuatro partidos seguidos de Liga desde su último descenso en la temporada 2013/14, ha cedido diez goles en los cuatro partidos ligueros de marzo, cuando solo concedió ocho en la racha de imbatibilidad de trece partidos -4G y 9E- entre octubre y diciembre, que cerró con un 1-1 ante el Girona con gol de Pezzella en el 88’. Tras esa larga racha sin perder era séptimo y ahora lo sigue siendo -suma 4 victorias, 2 empates y 6 derrotas en los doce partidos jugados en lo que va de 2024-, aunque puede dejar de serlo el jueves si gana el Valencia en Granada su partido aplazado. Aparte de que ser séptimo puede no valer de nada si el Mallorca se lleva la final de Copa el sábado ante el Athletic.
La sexta plaza queda ya a siete puntos tras la victoria de la Real Sociedad en Mendizorroza -la tercera seguida que suman los donostiarras, tras haber ganado solo uno de los diez partidos anteriores- y la temporada se le puede hacer a los béticos muy larga si no empiezan a enlazar victorias en esta recta final como no han hecho en toda la temporada, pues solo una vez -jornadas 11ª y 12ª ante Osasuna y Mallorca- han ganado dos partidos de Liga seguidos, muy poco para un equipo con aspiraciones de instalarse en la zona alta de la tabla y de repetir clasificación europea por cuarta campaña consecutiva. Por este camino no lo va a conseguir. Urge un golpe de timón que, Pellegrini, de momento, no ha dado, pese a que hay cosas que parecen evidentes.