Isidro, el padre de Quique, que se estrena en un derbi, inauguró el campo del Sevilla con el histórico 'Pizjuanazo' de 1958

Quique Sánchez Flores se estrena este domingo en un derbi Betis-Sevilla al frente del banquillo del club nervionense, del que es declarado seguidor desde la adolescencia. Su padre, Isidro Sánchez, fue jugador del Real Betis entre 1957 y 1961 y uno de los artífices del histórico ascenso de 1958 y titular en la inauguración en partido oficial del Ramón Sánchez-Pizjuán, sellado con un no menos histórico 2-4 a favor de los verdiblancos el 21 de septiembre de 1958, que una semana antes habían vuelto a Primera división tras quince años de durísima travesía por los campos de Segunda y Tercera.

Isidro Sánchez, un jerezano nacido por avatares familiares en Barcelona en 1936, meses después de estallar la Guerra Civil, empezó a dar patadas al balón en el Hércules jerezano, el CD San Eloy y el Xerez CD, de donde pasó al CD Utrera antes de recalar en la 1956/57 en el Real Betis -que lo cedió al CD Puerto esa misma campaña- para ayudar decisivamente a su ascenso en la 1957/58 y fue traspasado al Real Madrid a primeros del mes de junio de 1961, tras ser declarado en rebeldía por el club verdiblanco. El 30 de mayo de ese año llegó a Sevilla el gerente madridista Antonio Calderón -que ya se había hecho un año antes con Luis del Sol- para culminar el traspaso a cambio de un millón y medio de pesetas y los derechos del jugador Luis Aragonés, que estaba cedido por el Real Madrid en el Real Oviedo. Isidro estaba apartado del equipo bético desde diciembre de 1960 por su negativa a seguir jugando al fútbol, y se había marchado sin permiso del club a Madrid para estar junto a Carmen Flores, hermana de la gran Lola, con la que se casó el verano anterior.

Tras ascender con el Betis a Primera ante el Jerez en el Villamarín (3-0) el 1 de junio de 1958, de la mano de Antonio Barrios y junto a Del Sol, Leon Lasa, Portu, Valdera y Areta II, entre otros, el calendario deparó un Sevilla-Betis para la segunda jornada de Liga 1958/59 que iba a suponer la inauguración en partido oficial del Ramón Sánchez-Pizjuán, aunque el Sevilla FC organizó un amistoso un par de semanas antes, el 7 de septiembre, en el que empató 3-3 con el Jaén, para bendecir e inaugurar el campo. 

Ese partido estaba previsto que lo jugara el Cádiz en vez del Jaén, pero los incidentes ocurridos días antes en el Trofeo Carranza con Marcelo Campanal y el Real Madrid de Di Stéfano obligaron a cambiar a última hora al equipo invitado. En partido oficial, el primer rival en jugar y ganar en el Sánchez-Pizjuán fue el Real Betis, que lo hizo 2-4, en un choque que ha pasado a los anales como el ‘Pizjuanazo’. Luis del Sol, a los dos minutos, fue el encargado de inaugurar el marcador, que luego completarían Esteban Areta y Kuszmann, con dos goles. Los goles sevillistas fueron obra de Szalay y Diéguez. Isidro jugó el partido completo en las filas béticas, junto a Eusebio Ríos, padre del luego internacional Roberto Ríos. El Sánchez-Pizjuán, pese a inaugurarse en 1958, no acabó de construirse hasta 1975.

Tras cuatro temporadas en el Real Madrid, con el que ganó cuatro ligas, Isidro marchó al Sabadell, donde militó siete temporadas, hasta la 1970/71. Luego regresó a Sevilla y, entre otros negocios, se dedicó a la hostelería. Montó el restaurante Maracaná junto a la Plaza del Museo, y luego un bar, el Museito, en lo hoy es el Iscariote. Isidro falleció en 2013, cuando su hijo Quique ya hacía bastantes años que se había retirado como futbolista y había pasado por los banquillos de Getafe, Valencia, Benfica y Atlético de Madrid, a los que luego ha sumado los de Watdord, Espanyol, nueva etapa en el Getafe y ahora el Sevilla FC, con el que se estrena en un derbi, casi 66 años después de que su padre, aun soltero, estrenara el Ramón Sánchez-Pizjuán.